sábado, 9 de octubre de 2010

Los grandes.

El diseño español. Existe. Claro que existe. Y tiene alta calidad. Desde hace años. Así que puedo venerar a la gente que lo hizo posible. Esta semana se inauguró la Exposición sobre los 50 años de los Premis Delta, referente del diseño industrial español. Recibir un discurso de la autoridad competente, unas copas de cava y ver qué se cuece en tal evento.
Admiración total ante el rostro venerable de un hombre trajeado y elegantes canas. Ahí está la autoridad competente en materia de diseño industrial español: Miguel Milá. Sí, de los Milá de toda la vida, flor y nata de la burguesía catalana. El autor de obras imprescindibles, galardonadas y admiradas, reconocidas a lo largo y ancho del mundo, como el banco que se encuentra en las calles de Barcelona, el Romántico, o el actualizado Neorromántico; o la lámpara TMM de 1961, producidos por Santa&Cole. Fantásticas en su simplicidad.



Y había más. Christophe Mathieu, Joan Gaspar, Josep Mª Tremoleda, gente que ha impartido sus conocimientos en el Posgrado de Diseño de Mobiliario de Elisava 2010. Y más rostros, más creadores, más empresarios concienciados. Hago un llamamiento a los informáticos del mundo: ¿para cuándo un Google en el que en lugar de palabras poner imágenes para que te informe de quién o qué es lo que buscas? Para los diseñadores sería un motor de búsqueda clave. Y a los famosos de toda clase y condición: ¿por qué no llevan una etiqueta con su nombre? Ya, lo de la privacidad...

A Barcelona le gusta el tema del diseño. ¿Qué más podemos encontrar? Una gran exposición en la Casa Milá de Gaudí, Mariscal a la Pedrera, la que se puede disfrutar de ahora hasta enero de 2011. Una retrospectiva de uno de los artistas españoles más grandes de la actualidad. Con sus defensores y detractores, claro está, pero con la suerte de ser reconocido por casi todos, también.
Se puede decir de él que sus dibujos son como garabatos de niño pequeño. Se puede decir de él que hizo un perro extrañísimo mitad de perfil, mitad de frente, para representar esos Juegos que nos pusieron en órbita, nos asomaron a la modernidad y fueron los mejores Juegos de la Historia.
Se puede decir de él que es otro tarado más con ínfulas de estrella. Se puede decir de él que su obra resulta simpática para todos los públicos. Se pueden decir de él sus adjetivos favoritos: "bonito, divertido, chulo y guay", porque Mariscal fa el que li rota. Como muestra, un botón: la escultura que hay frente al parking del nuevo Hospital Río Hortega de Valladolid.
Se puede decir de él que es un Diseñador de los grandes, de los de con mayúsculas. Un gran diseñador industrial. El sillón Alexandra, por ejemplo, es cómodo hasta visualmente. ¿Y quién no jugaría en Villa Julia?

He visto la exposición de la Pedrera, hoy mismo. Y me ha ganado para su causa, hoy mismo también.


Elena Minguela G quiere ser diseñadora, por gente como ésta, Diseñadores con mayúscula y todas sus letras.

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