lunes, 10 de enero de 2011

Papá, cuéntame otra vez...

'... ese cuento tan bonito sobre una aceitera que simboliza uno de esos escasos diseños atemporales, perfectos. Y la historia de verdad de esa aceitera. Y cómo surgió. Y lo que te apetezca. Una audiencia entregada escuchará atentamente.'

El 16 de diciembre de 2010 Nani Marquina proporcionó la oportunidad de colarse en la intimidad de su casa familiar. Un problema de falta de luz, que quiso dar la nota, convirtió el encuentro en algo más secreto, más especial: la eminencia sentada en un sillón, con su boina calada, hablando a la multitud reunida acomodada en el suelo tapizado de alfombras, que escucha lo que parece la primicia de un secreto.







Después de escuchar y aprender, tratar de retener, y disfrutar de la invitación a pan con aceite servido en esas aceiteras perfectas, antigoteo, imitadas hasta la saciedad, que han puesto y ponen la mejor cara posible al diseño español. Gracias, maestro.



Y gracias, maestra, por las alfombras y la calidez que desprenden, por el espacio creado que cumple ahora un año.

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